la arquitectura y sus artífices

La arquitectura, como el resto de las artes barrocas, parten de un principio básico: ruptura del equilibrio clásico. Esta ruptura se manifiesta a través de:
>los materiales
>los elementos constructivos.
>los recursos decorativos.
>las tipologías arquitectónicas.

El material que más se utilizaba era la piedra sillar pero para los interiores era común el marmol de varios colores con objeto de crear suntuosos espacios apropiados a la teatralidad barroca. En ocasiones se usa elementos de bronce para decoraciones o partes determinadas de las columnas.


piedra sillar.


Los elementos constructivos remiten a lo clásico, pero, aunque usan el mismo léxico arquitectónico, el lenguaje que componen resulta muy diferente; se siguen los órdenes de columnas con sus entablamentos, pero prefieriendose las proporciones gigantes o sustituyendose los lisos fustes renacentistas por columnas salomónicas.
columna salomónica.
 se introduce además el entablamiento curvo, producto de la ondulación de las fachadas.


fachada ondular.



El arco utilizado es el de medio punto y las bóvedas, de cañon, arista, lunetos y hemisféricas sobre pechinas. Pero también se experimentan ahora bóvedas ovales o estrelladas, multiplicandose las cupulas exteriores.

Los elementos decorativos incluyen diseños basados en la curva, como frontones curvos y partidos, vanos en óvalo y motivos vegetales, cueros y cortinajes que nos sugieren un mundo irracional, arbitrario y caprichoso.



columnas con detalles vegetales.

en ocasiones los soportes dejan a menudo de tener una función tectónica para convertirse en meramente decorativos, de modo que podrían eliminarse sin que la estructura del edificio sufriera lo más mínimo.

Las tipologías siguen la planta basilical y la central. Esta última resulta muy sgnificativa en el Borroco italiano y en ella se producen las grandes innovaciones, fundamentándose en un diseño geometrizante u orgánico con predominio de la línea curva.
planta central.

El carácter de esta nueva arquitectura se basa en la grandilocuencia de sus elementos y en el dinamismo de la curva; la concepción del edificio es global y gusta de las grandes perspectivas que resalten su masa arquitectónica. Complementandose por el gran tratamiento interior, de efectos fantásticos: luces que ocultan su fuente, perspectivas ficticias y trampantojos, que extienden el espacio mas alla de las bóvedas. Y por último los grandes rompimientos de gloria en los que se simula desaparecer dejando ver un mundo celestial.



rompimiento de gloria.

 Todo ello se encamina a conseguir un espacio en el que el creyente se vea impresionado por el entorno y sea mas factible su creencia en Dios, y su convencimiento en todo lo relacionado con lo religioso dentro del catolicísmo.